jueves, 27 de agosto de 2015
volar por encima del viento
Hay días en los que los sentimientos amanecen inquietos, entre el alma y el corazón. Y me percato que frente a mi se abre una ventana con un cielo azul, pleno de luz y calor, y quisiera volar por encima del viento, en cometas de colores con olor a lavanda.
Avanzo descalza, entre el verano y el invierno, sintiendo el frío suelo que se cuela en la piel, en una búsqueda eterna de esos momentos infinitos.
Hay recuerdos que insisten, persisten, esa vieja tonada que por días luce desafinada a oídos no acostumbrados a las morriñas. Entonces imagino que ese muro gris que construimos entre miedos y temores desaparece, que los kilómetros se vuelven milímetros y las ganas permanecen intactas.
Me vuelvo a detener frente a ti, con los sueños en una mano y millones de palabras no dichas en la otra, entre el silencio de una tarde larga, perezosa, sedienta. Me vuelvo a detener y me quedo en este oasis de letras, de otoños, de piel canela.
domingo, 16 de agosto de 2015
una sonrisa por vestido
"El cuerpo se acostumbra a los grados bajo cero que deja la soledad."
Busco tu mirada, a tientas, te nombro por nada, camino en tinieblas, sabiendo que no estás.
Pero sigues allí, tercamente en mi memoria, en mi día a día. Te pienso y te hablo. Te encuentro hasta en lo más trivial y lo más complejo.
En mi siempre apareces de vez en cuando, como si le dieras un toque a tu vida con conexión a la mía. E irremediablemente tiemblo, espero cada palabra, medida, pausada. Y no quiero que acabe ese instante, en el que volvemos a ser "nos".
La vida y sus cambios. En esos momentos decido sentirme "preciosa", como si en ese espacio hubiera una pausa que me permite respirar plena y conscientemente, sin esa sensación de ahogo que me da tu ausencia.
Siento la lluvia, la brisa fresca golpea mi rostro y decido dejar de correr, vuelvo a bailar dejándome mojar hasta esos lugares que no existen en los mapas.
Mi cuerpo danza en la tormenta, entre los charcos, con una sonrisa por vestido y tu recuerdo intangible, como ese laberinto al que pertenecemos.
"El día de hoy desperté y adentro ya no llora"
Busco tu mirada, a tientas, te nombro por nada, camino en tinieblas, sabiendo que no estás.
Pero sigues allí, tercamente en mi memoria, en mi día a día. Te pienso y te hablo. Te encuentro hasta en lo más trivial y lo más complejo.
En mi siempre apareces de vez en cuando, como si le dieras un toque a tu vida con conexión a la mía. E irremediablemente tiemblo, espero cada palabra, medida, pausada. Y no quiero que acabe ese instante, en el que volvemos a ser "nos".
La vida y sus cambios. En esos momentos decido sentirme "preciosa", como si en ese espacio hubiera una pausa que me permite respirar plena y conscientemente, sin esa sensación de ahogo que me da tu ausencia.
Siento la lluvia, la brisa fresca golpea mi rostro y decido dejar de correr, vuelvo a bailar dejándome mojar hasta esos lugares que no existen en los mapas.
Mi cuerpo danza en la tormenta, entre los charcos, con una sonrisa por vestido y tu recuerdo intangible, como ese laberinto al que pertenecemos.
"El día de hoy desperté y adentro ya no llora"
lunes, 3 de agosto de 2015
y si
y si volvemos a ese primer día
con esa mirada mágica
esperabas con una sonrisa
que alumbraba la vida
y si nos damos ese primer beso
que sorprendía emociones
que alteraba el alma
retumbaba razones
y si rozamos nuestras manos
como esa primera vez
en la que buscábamos más
temblando, tentándonos
y si nos damos ese primer abrazo
andando despacio
fundiendo cuerpos
sin más espacios
y si nos quedamos en silencio
acariciando recuerdos
descubriendo rincones
entre sueños...
"creer que me miras, que te miro
que sos el viento y que sos mi abrigo"
Alejandro Ramírez Silva
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