martes, 2 de febrero de 2016

un seísmo en la calma


Me permito tener la noche para soñarte, 
y el día para pensarte, 
porque eres parte de mi vida.
Recuerdo cada risa ahogada entre besos, 
cada caricia retribuida. 
Los labios temblorosos, queriendo más, 
deseando más, ansiando más. 
Conocernos de siempre, 
memorizarnos el alma. 
Sentir los latidos del corazón 
mientras los gemidos llenan los sentidos, 
como un seísmo en medio de la calma. 
Quedándose entremedias, 
en la distancia que se desdibuja por momentos. 
Continuas robándome instantes, 
y siento que me elevo al cielo, 
a un plano distinto, sin medidas. 
Te sigo encontrando, 
en cada detalle de mi sombra, 
en cada minuto del día. 

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