caminaba entre lozas
sorteando la vida
descubriendo miradas
con la soledad a su espalda
recordando su compañía
el viento rozando su rostro
perdida entre luces y sombras
como testigo silente
como una caricia pasada
buscando sonrisas perdidas
un corazón con remiendos
donde laten aún sus besos
delineados a cuatro manos
leídos entre dos letras
historias escritas en sepia
"y si encaramos por fin tantas ganas de ser los testigos de nuestras mañanas" Santiago Cruz
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