En el calor del verano
se asomó una brisa fresca
recordando aquel otoño
en el que se enredaban las letras.
Unas mariposas blancas
que volaban inquietas
y las manzanas guardaban
exótico olor a canela.
Disfrutaban ese otoño
entre risas inquietas
en un baile sinuoso
entre claves secretas.
Se amanecían sin pausas
se descubrían sin prisas
en la intangible brevedad
de la secreta caricia.
Esos instantes eternos
en los que se tatuaron la vida
otoño vestido de encanto
otoño de mágica melodía.
"Necesito
sudarte
Como se suda
un día de verano
Como el abrigo
que llega a agobiarte
Cuando no consigues
desabrocharlo" Vanesa Martín.
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